Este libro analiza etnográficamente el modo en que diversos grupos de usuarios de “drogas” se han organizado y manifestado en oposición al paradigma prohibicionista de intervención estatal vigente en Argentina que los persigue, estigmatiza y criminaliza, exigiendo cambios en la legislación, las modalidades de atención y tratamiento.
Para ello, se centra en la forma en que estos activistas han politizado este conflicto. Concretamente, en las acciones colectivas mediante las cuales denuncian e impugnan las prácticas policiales y judiciales de las que son objeto, desde la conformación de sus agrupaciones en la clandestinidad hasta la reciente inscripción de sus demandas en el sistema legislativo nacional. Pero también, en el modo en que las políticas públicas en materia de drogas se encarnan en las prácticas, rutinas y lógicas de funcionamiento de la institución policial y el poder judicial, en la medida en que imprimen a las formas de hacer política de los usuarios un carácter particular.