Pesar por el fallecimiento de nuestra colega Dra. Adriana Stagnaro

12/10/2023 - 16:00
El Departamento de Ciencias Antropológicas, el Instituto de Ciencias Antropológicas y la Maestría en Antropología Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA comunican con mucho pesar el fallecimiento de nuestra querida colega Adriana Stagnaro.

 El Departamento de Ciencias Antropológicas, el Instituto de Ciencias Antropológicas y la Maestría en Antropología Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA comunican con mucho pesar el fallecimiento de nuestra querida colega Adriana Stagnaro.

Adriana se inició en la docencia en 1986, cuando todavía era estudiante de la carrera de Ciencias Antropológicas y la convocaron como auxiliar docente en la materia Antropología Sistemática II al año siguiente de haberla cursado. Luego fue docente en la materia Epistemología y Métodos de las Ciencias Sociales, de la mano de su maestro Félix Schuster, y quedó a cargo de dicha materia cuando él se jubiló. Como docente siempre supo generar un clima de trabajo relajado y cálido, que incluía largas reuniones de cátedra que no pocas veces se hacían en su casa. Como docente, era reconocida por su estilo pausado y reflexivo, y por su capacidad de estimular a los estudiantes para que pensaran por sí mismos. Hace apenas unos días, Adriana tuvo la felicidad de ser homenajeada por una de sus muchas estudiantes mediante un texto que la conmovió profundamente.

Fue una persona sociable, y supo tener intereses múltiples y apasionados (la antropología, claro, pero también la filosofía, la astronomía, el cine, la literatura, la música, las artes plásticas); así, recorrió círculos muy diferentes, y en todos hizo amigos que luego reunía en encuentros que se desarrollaban con su característico ritmo cansino, que casi parecía detener el tiempo. Adriana era una apasionada del conocimiento, y jamás dejó de formarse asistiendo a cursos y leyendo sobre los muchos temas que la convocaban. Con la misma calmada intensidad, que hacía que su voluntad pareciera casi inexorable, impulsó distintas causas, desde la de los derechos de los becarios de la UBA en los primeros años de la democracia, hasta -ya en sus últimos años- la del derecho a la muerte digna para ella misma y para todos los que sufrían enfermedades incurables e inhabilitantes.

A lo largo de este año, se encontraba escribiendo su autoetnografía como parte de un  proyecto ético y político que permitiera retratar la dureza de la vida cotidiana atravesada por el sufrimiento de los efectos de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que padecía. Durante los últimos meses, intervino en medios de comunicación, dictó charlas públicas y expuso en la Cámara de Diputados de la Nación a favor de la sanción de una ley de eutanasia  y suicidio asistido.

Hacemos nuestras las palabras y los sentimientos de amigas y amigos más allegadas/os a Adriana, quienes destacan su  lucidez , su inteligencia y su tenacidad puestas, en este último tiempo, al servicio de explicar y convertir en una acción colectiva y en causa pública lo que le estaba sucediendo, porque no solo la afectaba a ella, sino que les pasaba y le pasa a otras personas. Adriana logró explicar con claridad que la muerte es parte de la vida, y que por eso mismo merece llevarse con dignidad. Ella ya no está sufriendo, y eso trae algo de alivio a nuestra pena.

Adriana ya no está aquí, pero sigue aquí, con nosotros, porque nos lega muchas tareas para seguir haciendo. Escucharemos música brasileña, da Bahía, como ella quería, para despedirla, celebrarla y prometerle que vamos a seguir hasta que la eutanasia sea ley.